Todos los días eran iguales, con los pupitres iguales, con
los compañeros iguales, con la maestra igual.
Juan, un pequeño de 13 años se sentaba en el banco igual,
viendo la pizarra igual. Todo era igual.
Él no sabía dibujar pero le encantaba hacer garabatos y
dibujos sencillos en su pupitre. Pero ¿porque haría eso?
Tal vez sea que la homogeneidad le molestaba y quería poner
su impronta en al menos su pupitre. Y dicho elemento era lo único que variaba.
Con cada vez más dibujos que con la practica fueron mejorando. O también, una
segunda razón, a parte de la individualidad, podría ser el hecho de hacer algo
propio.
Tal vez nadie lo ha notado, o lo han hecho y yo no tuve la
oportunidad de escucharlos, al hecho de que la escuela representa una
enajenación en muchos sentidos. Enajenación del cuerpo; deben usar uniformes y
a fuera deben cuidar su imagen porque ella es la "propaganda" de la
institución. Enajenación del espacio; el aula es de la maestra de
Turno. También hay enajenación de su propia voluntad (haga
lo que haga, sus padres llamados “tutores” son responsables). Y la lista podría
seguir. Tal vez los infantiles dibujos del pequeño juan era lo único que era
suyo en esa etapa de su vida, pero los bancos o pupitres no eran suyos.
Así que en cualquier momento los podría perder con un simple
cambio de lugar, a lado de una compañera o compañero aplicado/a con el fin de
ser “influenciado positivamente". Lo único que era suyo… ¡Era tan
contingente!
Juan era un niño tan creativo como distraído. Le decían que
era “vago”. Típica etiquet
a que ponen profesionales para enmarcar determinada
conducta o personalidad. Sufría mucho en la escuela igual de todos los días
iguales. Pero él tenía un hermano mayor que, por estudiar en la facultad, no
prestaba su tiempo a su hermanito.
Pero un día, en su patio, un fin de semana, juan le habló a
Ezequiel que era su hermano mayor. En ese momento, el pequeño juan, se sentía muy dolido por ser
“vago”. Y no sé si por astucia, suerte o
genio, le hizo una pregunta disparadora a Ezequiel. La pregunta fue: “¿Qué es
una imagen?”
-Ezequiel- Para ello tenés que entender un par de cosas.
Primero que nada tenés que comprender que cualquier conocimiento o cualquier
concepto que tenga un vínculo con la realidad está hecha con dos partes.
-Juan- ¿Qué cosas? ¿Qué partes?-preguntó con mucha
curiosidad-
-Ezequiel- una parte de mente y otra parte de sentidos. A la
parte de la mente se la llama “ontológica” y a la parte de los sentidos como el
tacto, gusto o visión, se la llama “óntica”. No es necesario que comprendas
esos conceptos. Solo que hay una parte de la mente y otra de los sentidos. ¿Me
seguís?
-Juan- eeemmm… sí sí …Parte mente parte sentidos. Pero ¿Qué
tiene que ver con ser “vago”?
-Ezequiel- te explico; en mi carrera de filosofía, te lo
explico en términos simples, aprendimos que la palabra “objeto” viene del latín
“obiectum” que quiere decir; “ob” Puesto o lanzado, y “iectum” algo con cierta
figura.
Juan se estaba volviendo impaciente; tenía un problema y su
hermano hacía alarde de sus conocimientos. Al menos así lo percibía.
-Juan- bueno… …explícame ahora que es una imagen.
-Ezequiel- Bien. Siguiendo el hilo conductor, es decir; que
hay una parte mente (ontológica) y otra sensorial (óntica), tal vez te
preguntaras “¿Cómo se unen esas dos partes?”
-Juan-no me lo pregunte. Pero seguí- dijo ya resignado-.
-Ezequiel- se unen a través del tiempo…
-Juan- ¡¿Qué?!- interrumpió cansado ya Juan
-Ezequiel- mira: en la parte mente (ontológica) hay como
cacillas (categorías) donde encajan lo que se perciben con los sentidos (parte
óntica). Y la cacilla (categoría) con la cual hacemos conceptos, es la cacilla
llamada “substancia”. Esa palabra tiene tantos significados como filósofos que
la usaron. Pero en este caso, la substancia significa algo permanente en el
tiempo.
-Juan- estoy tratando de entender la relación…
-Ezequiel- Lo que quiero decir, acá viene el punto; es que
cuando conceptualizamos algo, lo tomamos como algo permanente (substancia). Porque la palabra “concepto”
significa, entre otras cosas, atrapar algo. Y lógicamente no se puede atrapar
algo que está permanentemente en movimiento (hablando metafóricamente). Y las
personas no somos estacionarios, es decir, algo que no cambia. Todos los días
mudamos de células muertas, paulatinamente vamos madurando y eso implica
modificar nuestra interpretación de la realidad y su modelo correspondiente.
-Juan- lo que entendí, no sé si lo hice bien, pero entendí
de que una persona no se puede atrapar por ser cambiante.
-Ezequiel- exactamente. Y se incluye la palabra “vago”
dentro de los conceptos estacionarios (esquematizados). Así que ya sabes
hermanito; nadie puede ser capturado en nada. Y los que pretenden hacerlo es
por ignorancia.